Este pequeña historia empieza en el 1910, cuando los suecos, fundaron en la isla de Svalbard una pequeña colonia de mineros, en un terreno en el que pensaban que había un gran nacimiento de minerales. Así era. Pero de hecho, este archipiélago estaba en territorio noruego, y lejos de querer problemas, decidieron vender todo el poblado a la Unión Soviética, corría el año 1927.

A partir de aquí Pyramiden fue creciendo en población, principalmente rusa, llegando a la cifra de más de 1.000 personas viviendo en ella. La colonia era completamente independiente, de hecho, tenía una vida propia, incluso si tenía algún problema el resto del mundo, gracias a sus huertos e invernaderos era capaz de subsistir durante una buena temporada sin tener contacto con el planeta.

La comida era gratuita, como la mayoría de servicios en el régimen comunista, y así, se fue desarrollando la vida en esta colonia de mineros hasta que llegó la caída del imperio soviético. Así, en el 1998 su dueño decidió cerrar toda su empresa minera, y los obreros pues simplemente volvieron al continente dejando atrás en menos de 24 horas lo que había sido su hogar.



 Es curioso, porque aún hay vasos bien ordenados en algunas casas, a la espera de que vuelvan de la mina sus obreros, así, también quedan un piano, y demás utensilios en el centro cívico, y en otros edificios de servicios. De hecho, es una verdadera ciudad fantasma.
Pero de todo se puede sacar provecho, por ello, en el 2009 se construyó un hotel y se realizan visitas turísticas a la ciudad colonia minera.