Como ya comenté en anteriores posts, los planes de viaje cambian por diferentes circunstancias, en esta ocasión nuestra siguiente parada iba a ser en Memphis, pero un atasco monumental por un accidente nos hizo cambiar de ruta, ya habíamos perdido un tiempo considerable alquilando un Nissan Altima en el aeropuerto de Nashville, y las 800 millas que teníamos que realizar hacia Nueva Orleans se nos antojaban arduas para realizarlas en dos días, decidimos hacerla por rutas alternativas, sacrificando nuestra visita a Memphis.
Desviarnos por carreteras secundarias, supuso una incursión hacia esa América profunda que también deseábamos conocer, después de visitar grandes y bulliciosas ciudades, ya era hora de conocer esa América más rural y desconocida, alejada del turismo de masas, donde sus amables y sencillas gentes te reciben sorprendidas preguntándonos que carajo hacíamos por esos lares.
La ruta discurrió por sinuosas carreteras de Tennessee, paramos a comer deliciosos steaks en restaurantes dignos de ser decorado de una película de David Lynch, a tomar té helado con tarta casera de chocolate y menta en cafeterías situadas en la frontera del Estado de Mississipi, donde te ofrecen su libro de visitas para que dejes la firma (eramos los primeros españoles en el libro)
Dejamos atrás Tennessee y entramos en el llamado "Magnolia State", El Mississipi se destapa ante nosotros, las históricas plantaciones de algodón han sido sustituidas por interminables campos de maíz, estamos en el sur profundo, las casitas de madera y humildes granjas son el paisaje habitual de esta zona, un calor húmedo y axfisiante que ocasionalmente se corta con tormentas intermitentes, pueblos y más pueblos donde la mayoría de la población de raza negra vive de la agricultura....
Pernoctamos en el bucólico y clasista pueblo de Oxford, en el condado de Lafayette, una población de 11.000 habitantes donde parece que el tiempo se ha detenido, un claro reflejo de la sociedad sureña de EE.UU, donde la raza blanca del pueblo son gente bien, propietaria de grandes plantaciones de la zona y la población de raza negra trabaja para ellos, las clases sociales están bien diferenciadas en esta región.
Aparte de todo eso, que no es asunto baladí, Oxford es un pueblo de gran tradición literaria, sobretodo porque es la patria chica de uno de los grandes escritores del siglo XX, William Faulkner.
Visitamos la tradicional Rowan Oak, una Hacienda de la adinerada familia Faulkner y la añeja libreria del pueblo, Square Books, considerada como una las mejores de EE.UU.
Nuestro viaje prosigue por el Mississipi, nuestra siguiente parada nos lleva al pueblo de Clarksdale, cuna del Blues de la región del Delta.
Pero eso será a mi vuelta de vacaciones, ya en Agosto.
...Y no olviden pasarse por las XV Jornadas Literarias en Villanueva de los Infantes.