Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado.
Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.
La vida esta repleta de coincidencias o casualidades, y la mayoría de ellas pasan desapercibidas. Para la mayoría de las personas no deja de ser producto del azar, para otras, sin embargo, son muestras evidentes de que hay algo que rige nuestra vida, nuestro destino.
No todas las casualidades tienen la misma importancia, dependiendo del contexto algunas podrían cambiar el curso de la historia y otras no pasan de simples anécdotas.
El conocido actor Anthony Hopkins estuvo buscando a lo largo de su vida una novela de George Feifer sin encontrarla, hasta que, de repente, vio un ejemplar abandonado en el metro de Nueva York, aquella novela resultó ser la única copia (repleta de anotaciones) que era del propio autor, y que la había perdido en el metro.
El Dr. Albert Hofmann descubrió accidentalmente una de las drogas alucinógenas mas poderosas, el LSD. Estaba en su laboratorio experimentando con líquidos quimicos y sin querer se le derramó el LSD en la mano introduciéndose por los poros. Tomó su bicicleta y de regeso a casa veía como el sol y la luna se ponían al mismo tiempo, y cómo dragones lo rebasaban en las calles.
Edgar Allan Poe, nació en Boston el 19 de enero de 1809. En 1850 escribe Las aventuras de Arthur Gordon Pym. Este relato es la historia de un naufragio próximo a las islas Malvinas. En esta pericia solamente sobreviven en una balsa cuatro personas. Desesperados por el hambre, echan a suertes quien será la víctima que les servirá de alimento. Pierde un grumete llamado Richard Parker. En 1884, una goleta británica naufraga cerca de las islas Sandwich del Sur. Hay cuatro supervivientes. Como si la realidad estuviese imitando a la ficción del modo más macabro, también echan a suertes quien deberá morir para que los demás sobrevivan. El desdichado, es un grumete llamado... Richard Parker.
Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente.
La vida esta repleta de coincidencias o casualidades, y la mayoría de ellas pasan desapercibidas. Para la mayoría de las personas no deja de ser producto del azar, para otras, sin embargo, son muestras evidentes de que hay algo que rige nuestra vida, nuestro destino.
No todas las casualidades tienen la misma importancia, dependiendo del contexto algunas podrían cambiar el curso de la historia y otras no pasan de simples anécdotas.
El conocido actor Anthony Hopkins estuvo buscando a lo largo de su vida una novela de George Feifer sin encontrarla, hasta que, de repente, vio un ejemplar abandonado en el metro de Nueva York, aquella novela resultó ser la única copia (repleta de anotaciones) que era del propio autor, y que la había perdido en el metro.
El Dr. Albert Hofmann descubrió accidentalmente una de las drogas alucinógenas mas poderosas, el LSD. Estaba en su laboratorio experimentando con líquidos quimicos y sin querer se le derramó el LSD en la mano introduciéndose por los poros. Tomó su bicicleta y de regeso a casa veía como el sol y la luna se ponían al mismo tiempo, y cómo dragones lo rebasaban en las calles.
Edgar Allan Poe, nació en Boston el 19 de enero de 1809. En 1850 escribe Las aventuras de Arthur Gordon Pym. Este relato es la historia de un naufragio próximo a las islas Malvinas. En esta pericia solamente sobreviven en una balsa cuatro personas. Desesperados por el hambre, echan a suertes quien será la víctima que les servirá de alimento. Pierde un grumete llamado Richard Parker. En 1884, una goleta británica naufraga cerca de las islas Sandwich del Sur. Hay cuatro supervivientes. Como si la realidad estuviese imitando a la ficción del modo más macabro, también echan a suertes quien deberá morir para que los demás sobrevivan. El desdichado, es un grumete llamado... Richard Parker.