Americanada.
Plantilla predeterminada en el editor gráfico de carteles de americanadas |
Roland Emmerich parece que se supera según avanzan los años. Su nueva cinta, Asalto al poder, podría ser el nuevo paradigma de americanada... y es que el salvapatrias visionario director, que ya perpetró títulos como: El patriota, 2012, El día de mañana o Soldado Universal entre otras, vuelve a la carga esta vez con el Mario Casas americano, o sea, Channing Tatum -ese proyecto de actor- cacho carne con ojos con nula capacidad interpretativa- y el siempre aceptable Jamie Foxx como presidente de los EE.UU.
El bueno de Roland en esta ocasión pone esta vez toda la carne en el asador, no hay medias tintas con él, volamos el Capitolio con un artefacto explosivo (pa despistar) y tomamos directamente la Casa Blanca...
Así es como se entra en el Despacho Oval, sin llamar. |
La película discurre de una manera delirante, donde no hay ningún tipo de mesura, es un auténtico festival de explosiones, disparos, patadas en los huevos, persecuciones en coche dentro de la Casa Blanca, presidentes disparando con bazooka, helicópteros estrellándose contra el despacho oval y rotura de mobiliario presidencial. Un auténtico festín para los fanáticos de los efectos especiales de ordenador, una delicia para los guionistas de saldo.
Al menos, el propio Roland, parece no tomarse demasiado en serio esta película, eso le hace ser una persona honesta, todo lo contrario que su alumno Michael Bay. El guión está lleno de chascarrillos y situaciones cómicas que a veces no sabes si reír, llorar o aullar de placer.
Channing con su camiseta imperio modelo John Mclane |
Después de dos horas de metraje, la película finaliza con la sensación de que has visto una versión presidencial de La Jungla de Cristal. Pero eso ya te da igual, te importa un carajo, ya se te ha olvidado por completo de que iba todo esto.
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