WHIPLASH: LA SOLEDAD DEL BATERÍA DE JAZZ

enero 31, 2015

WHIPLASH 
Director: Damien Chazelle
Duración: 103 min.




Sinopsis: El objetivo de Andrew Neiman, un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este en el que estudia. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher, un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher elige a Andrew para formar parte del conjunto musical que dirige, cambia para siempre la vida del joven. 




Siempre he querido diferenciar estas dos cosas: No es lo mismo una película musical que una película sobre música, afortunadamente nos encontramos en el segundo caso, permitidme lanzar desde esta plataforma mi más sincero rechazo a los musicales, los odio, no me apetece ver a cuatro saltimbanquis bailar absurdas coreografías, me repatea sobremanera que corten el diálogo de un film para que de repente se pongan a cantar y a bailar, para eso tenemos los teatros. Los musicales son para mí una lacra para la cinematografía, es un género que jamás debió mezclarse con el séptimo arte.

Dicho esto, quiero expresar mi más sincera admiración sobre el cine que homenajea a la música en todas sus facetas, esas historias que hablan sobre músicos malditos y perjudicados que aman profundamente (y sufren en este caso) su hobby o profesión.

Whiplash reúne en poco más de hora y media toda las pasión y obsesión por este arte, en este caso profundiza sobre el jazz y sus métodos de enseñanza, que va más allá del talento innato de cada uno y saber explotarlo para llevarlo donde tiene que estar, sobre un escenario en una sala de conciertos o en un club de jazz.

El joven protagonista del filme (Miles Teller) es un virtuoso batería que estudia en el más prestigioso conservatorio de Estados Unidos, su obsesión por ser el más grande de su género le llevará a toparse de bruces con un tosco profesor (Un inmenso papel interpretado por J.K Simmons) y sus nada ortodoxos métodos para motivar a su alumno. 

Su meta es regalarle al mundo un nuevo "Charlie Parker".

En esta ocasión es acertadísimo emplear la palabra "La música con sangre entra". Con una espléndida fotografía de tonos cálidos, un ambiente en ocasiones malsano, unos primeros planos eléctricos y una deliciosa banda sonora, Whiplash supone una todo un espectáculo para los sentidos. Sencillamente, y con permiso de la serie Tremé y Bird de Clint Eastwood, nos encontramos ante la mejor película que se ha hecho sobre el mundo del jazz en la historia del cine.


PUNTUACIÓN: 


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