LA RUTA NIPONA: FIN DE TRAYECTO

diciembre 05, 2014

Después de daros la matraca desde principios de Octubre con la Ruta Nipona narrada en 18 capítulos, toca poner punto y final a nuestro recorrido por el país del sol naciente.


























Nuestras últimas horas en Tokio comenzaban por la mañana muy temprano, para seguir así con la rutina hasta el último día. Tocaba dirigirnos a uno de los lugares  indispensables que visitar en Tokio, el Mercado de pescado de Tsukiji. 




El mercado de pescado más grande del mundo, trajina con más de 2400 toneladas de género al día, cuya estrella indiscutible es el atún. Nosotros optamos por no madrugar tanto y perdernos la subasta de atún que empieza a las 5 de la mañana.




Aunque no se llegue al amanecer, y se llegue un par de horas más tarde, también se puede percibir el frenético ambiente en otras partes del gigantesco mercado. Tsukiji no para: Carritos y montacargas ejercen su rauda y orquestada coreografía ignorando al esporádico visitante de turno.

Parece imposible que en un espacio tan orgánico, desordenado y caótico desde 1935 pertenezca a la futurista Tokio.






De la parte del complejo, me quedo sin duda con la zona internedia de mayoristas de pescado, es más interesante y mucho más variopinta. Aquí se pueden ver a la venta toda clase de seres que habitan el mar, desde pulpos de intenso color magenta, hasta gigantescos calamares, pasando por toda clase de criaturas marinas y que desconozco por completo.




Salimos al mercado exterior y en esta zona nos encontramos con numerosos puestos con los vendedores ofreciendo sus productos a grito pelado, aquí no sólo hay pescado, también productos deshidratados, botas de caucho, mandiles, cuchillos y utensilios para profesionales del sector y algunos pequeños restaurantes donde cuentan propios y extraños, preparan el mejor y más fresco sushi del mundo. no podemos evitar la tentación de probarlo a pesar de que no son ni las 9 de la mañana.





 Tras una rápida visita por los alrededores del Palacio Imperial nos dirigimos cómo último destino a la zona de Shimbashi y Shiodome. El lugar aparte de ser una zona de edificios acristalados que albergan distintas empresas tecnológicas y canales de televisión no tiene demasiado que ver, a no ser que quieras dirigirte al edificio de la Nippon Televisión y admirar el reloj gigantesco adosado al edificio, diseñado por el maestro Hiyao Miyazaki, director de culto de películas como Mi vecino Totoro y El viaje de Chihiro.

 En este reloj se puede ver claramente la estética steampunk del director que imprime a sus obras. Diseñado a modo de máquina con patas de animal, el reloj ofrece un espectáculo cada dos horas donde se mueve y emite sonidos y música durante algo menos de 5 minutos. 












Y así, con esta última fotografía tomada de Japón, emprendemos el largo y agotador regreso a casa, detrás hemos dejado 15 días donde hemos comprendido, al menos un poco más sobre la cultura, folklore e idiosincracia de una sociedad milenaria, un país inolvidable que mira al futuro sin abandonar el pasado. Ahora queda esperar y preparar un nuevo destino, un nuevo viaje para seguir conociendo este complejo mundo.

Y si me permiten una pequeña licencia quisiera añadir una frase que leí en algún lado:

"Tú vida es mejor después de cien libros, cien películas, cien conciertos y cien museos" 

Yo añadiría también: cien viajes...

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