Lenguaje tuitero
marzo 01, 2013Mientras que espero tumbado en mi sofá de la autocomplacencia a que algún medio digital me fiche para escribir ingeniosos artículos con un sueldo de 3.000 Euros al mes, me seguiré nutriendo/parasitando de los tuitstars de turno para rellenar el vacío de mi blog y de mis ideas.
Aquí va uno de Lucía Taboada para la edición digital de la revista GQ:
Entré en la entrevista de trabajo bailando 'Harlem Shake'.
-Buenos días.
-Buenos días a todos menos a los que les gustan los lunes. Perdone, ¿Es ese mi Currículum Vitae o es que se alegra de verme?
-En su currículum veo que es doctorado en la universidad de la vida, bloguero, analista, experto en política internacional, cine japonés, Super Bowl, liga ecuatoriana, filosofía, enólogo, gastrónomo, fotógrafo, académico, entusiasta, inconformista y que lleva en paro un año.
-Walt Disney debería crear un muñeco en paro para que todos los españoles nos sintiésemos hermosos.
-¿Por qué dejó su último trabajo?
-Me alegra que me haga esa pregunta. Citando a Winston Churchill: "No hay marcha en Nueva York y los jamones son de York”
-Citar a Churchill es postureo. ¿Cuál diría que su punto fuerte?
-Un martillo (Jajajaja, río mientras me limpio las lágrimas con el dedo meñique). Perdone, soy tuitero.
-Por favor, compórtese.
-¿Se mete conmigo porque estoy buena?
-Ya le llamaremos.
-Mañana estaré firmando ejemplares de mi libro “Ya le llamaremos” en el que desentraño la metodología de la entrevista de trabajo perfecta.
Les dejé la portada de mañana y salí de aquella angosta oficina haciendo el crusaíto del Chiquilicuatre, plenamente convencido de que había emocionado a Spielberg. Entré en el ascensor:
-¿A qué piso va?, me dijo ella.
-Odio los lunes, repliqué haciendo la croqueta.
-Repito, ¿a qué piso va?
-Van dos y se cae el ascensor.
- Señor, por última vez, ¿a qué piso va?
-Preguntarme tres veces que a que piso no señorita, que me enamoro.
Eran las 10 de la mañana del 28 de febrero. 10+28+2=40; 40+29=69. ¿Casualidad? No lo creo. La llevé a comer carne de caballo en la primera cita. En el bar sonaba Míchel, al FIB de este verano.
-¡Camarero, hay una herradura en mi sopa!
-Es gracioso porque es verdad.
Al salir vimos un letrero fluorescente: "Cuentas en Suiza, el musical". Entramos. Se abrió el telón y apareció Luis Bárcenas en una conversación consigo mismo de Banco Sabadell: “¿Tenéis un sobre? Es para una cosa. Bueno, voy a poner una demanda. Ahora vuelvo”. Se cerró el telón y embriagado por el ambiente le confesé:
-Te quiero.
-Amor es no tener que decir nunca "pero K DISE".
-Lo nuestro es para siempre.
-¿Para qué?
-Paraguayo.
@LuciaTaboada para Revista GQ
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