No, Splinter, no es un spin-off de las Tortugas Ninja, es una pequeña joyita independiente dentro del vilipendiado género de terror, en esta ocasión, resaltamos la tremenda originalidad de su monstruo, que más bien un monstruo, se trata de un organismo sin forma, con astillas similares a los de un puercoespín que, si se te clavan, te contagian. Su comportamiento es como el de una célula invasiva cancerígena: su inteligencia no va más allá de la mera expansión o supervivencia. Va anexionando a sus víctimas conforme las necesita para seguir activo y con movilidad, y puede lanzar sus púas como un erizo, de manera que se expande todo lo que quiere y más.

Es cierto que no se da ninguna explicación sobre el origen de dicho organismo, al menos de forma explícita, pero tienes tu explicación si te fijas en el cartel que vemos al principio del filme. También hay que poner en el lado de las virtudes su falta de pretenciosidad, y lo tremendamente adictiva que es para desarrollarse íntegramente en una gasolinera, algunas escenas son realmente impactantes y gore (como la de la policía o los crujidos de los huesos de los infectados) y, por último, que la trama a pesar de ser de lo más sencilla sabe generar cierta intriga y tensión.

Si tenemos que compararla, no puedo evitar acordarme de "La Cosa" de John Carpenter, estamos ante una de esas películas poco conocidas, que al descubrirlas quieres salir corriendo a recomendarla.

Una de las imprescindibles para todo amante del terror, que sin llegar a ser una obra maestra sí que nos asegura regalar hora y media de increíble monster movie que nos dejará atados al asiento. Si aun no habéis visto Splinter... ¡Corred insensatos y que no os infecten esas púas!