Aunque la mayor parte del cine de género que consumimos es de origen norteamericano, aquí en Europa también se hacen muchas y buenas películas de terror que no cuentan con una gran proyección internacional. Puede que muchos conozcan la saga REC o la corriente del Terror extremo francés de la primera mitad del s. XXI, con títulos tan potentes cómo Martyrs o Á l’intèrieur pero, ¿conocemos verdaderamente todo lo que se cuece en el cine de terror europeo? Os aconsejo que compréis unos billetes para este Interrail cinéfilo y juntos recorramos Europa a través de estas películas quizá no demasiado conocidas, pero imprescindibles para todo aquel que quiera explorar nuevos horizontes terroríficos.
CALVAIRE (Fabrice Du Welz, Bélgica, 2004)
Un survival rural de lo más bizarro y enfermizo en el que un cantante de residencias de ancianos sufrirá un accidente de coche y será acogido por un extraño lugareño que tiene unos macabros planes para él. Una película que pretende incomodar al espectador con ese retrato de la locura humana llevado al extremo más sórdido y perturbador. Si los franceses no escatimaron en crudeza y violencia en los primeros años del 2000, los belgas con Calvaire tampoco lo hicieron.
COLD PREY (Ruar Uthaug, Noruega, 2006)
Clásico slasher, en el que un grupo de jóvenes van muriendo uno detrás de otro, pero en el que la típica cabaña en el bosque, se ha sustituido por un paraje mucho más escandinavo, una estación de esquí abandonada. Cuenta con una fotografía y una ambientación muy cuidada que contribuyen a crear una atmósfera angustiosa y opresiva. Los asesinatos, aunque nos son espectaculares, están muy bien resueltos y el asesino vestido en plan esquimal y con un pico por arma es bastante exótico. Aunque en contenido no nos aporta nada nuevo, Cold Prey es la primer aparte de una trilogía bastante disfrutable.
SECUESTRADOS (Miguel Ángel Vivas, España, 2010)
Uno de los Home Invasion más potentes de los últimos años, en el que una familia que se acaba de mudar a un barrio residencial exclusivo, tendrá que enfrentarse a los violentos ladrones que han irrumpido en su casa. Una película angustiosa con un ritmo frenético y alguna que otra escena impactante que se quedará para siempre grabada en nuestra memoria. Una película no apta para estómagos sensibles.