Como cantaba Javier Krahe en su canción "Marieta", Dubrovnik se podría comparar con la susodicha mujer en la estrofa "La bella, la traidora" . Bella, es indudable que lo es, basta echar un rápido vistazo a la selección de fotografías. Traidora también lo es un rato, por atraparme en un casco antiguo muy hermoso pero atestado de turismo masivo y agobiante, traidora por sus precios más que abusivos, diría delirantes, traidora por como han convertido su casco histórico en un circo de terrazas chill-out y restaurantes elitistas. Traidora por ser una gigante "Trampa para turistas".

Típica turistada de tocar alguna parte corporal de una estatua

Dubrovnik: Explotando la franquicia de Juego de Tronos hasta límites insospechados

Si tuviera que recomendar algo indispensable de Dubrovnik, sería sin duda el paseo sobre sus espectaculares murallas para rodear la ciudad fortificada, desde arriba, las vistas de la ciudad y del mar Adriático son espectaculares, me atrevería a decir quizá que es la ciudad amurallada más bella del mundo.

Desde el primer tramo amurallado que discurre sobre el mar hasta el interior del continente, el paseo es todo un espectáculo para los sentidos. Especialmente recomendable aunque suene a obviedad es hacerlo a la puesta de Sol. Eso sí, preparad 20 Euros para poder acceder a lo alto de las murallas, aún así, es uno de los mejores billes invertidos en mucho tiempo.

Iglesia de San Blas y Columna de Orlando

Palacio del rector y la Catedral de la Asunción

Puerto deportivo

Gunduliceva Poljana

Stradun, la calle de mármol y también la más célebre de Dubrovnik

Detalle de la Fuente de Onofrio

Puerta de Pile

Parte amurallada que discurre paralela sobre los acantilados

Fortaleza Lovrijenac

No todo es de atrezzo y opulosidad en Dubrovnik