2016: LAS MEJORES PELÍCULAS DEL AÑO (Parte 2)
diciembre 29, 2016
Un desastroso virus se me expande por Corea del Sur, provocando importantes altercados. Los pasajeros de uno de los trenes KTX que viaja de Seúl a Busan tendrán que luchar por su supervivencia. ¿Quién dijo que el cine de zombies estaba en decadencia? Esta trepidante cinta coreana vuelve a darle una vuelta de tuerca a un subgénero enclaustrado en sus propios topicazos.
Historia de dos jóvenes a los que el Pentágono pagó 300 millones de dólares para armar a los aliados americanos en Afganistán. Aunque esta película nos recuerde demasiado en el fondo y las formas a "El lobo de Wall street" no deja de tener un poso de buen cine y unas excelentes interpretaciones, especialmente por Jonah Hill, que sigue demostrándonos lo bien que se le dan los papeles pasados de rosca.
Hideo es un dibujante con una vida miserable. Un día, su novia lo echa de casa y, al cabo de unas horas, se abalanza sobre él convertida en un agresivo zombie. Será la primera señal de que el mundo a su alrededor se desmorona. Otra confirmación de como adaptar un manga de manera fiel al cine. Otra revisitación vibrante al género zombi desde tierras asiáticas.
Will y Eden perdieron a su hijo años atrás. La tragedia afectó su relación de forma irreversible, hasta el punto de que ella desapareció de la noche a la mañana. Un día, Eden regresa a la ciudad; se ha vuelto a casar y en ella parece haber cambiado algo, convirtiéndola en una presencia inquietante e irreconocible incluso para Will. Rodada de manera austera casi de forma teatral y con una tensión que va in crescendo, es esa clase de películas mejor ver sin informarse demasiado antes.
En los años 40, Dalton Trumbo, el guionista mejor pagado de Hollywood, disfruta de sus exitos. Pero entonces comienza la caza de brujas: la Comisión de Actividades Antiamericanas inicia una campaña anticomunista. Trumbo, uno de los llamados "10 de Hollywood", entra en la lista negra por sus ideas políticas. Biopic del famoso guionista Dalton Trumbo (“Espartaco", “Vacaciones en Roma”) que tuvo que escribir bajo pseudónimo tras ser acusado de comunista.
En algún lugar de Wyoming, pocos años después de la Guerra Civil Norteamericana, ocho variopintos personajes se encuentran atrapados en un refugio en las montañas a causa de un gran temporal de nieve.
En Los odiosos ocho, nos encontramos con los característicos
ítems de las películas de Tarantino que le han hecho ser el director de
culto que es a día de hoy, podemos encontrar en esta cinta sus vicios
inherentes: Los excesivos guiones plagados de verborrea vacía y
banalidad, los "speechs" que no conducen a nada, sus excéntricos
personajes hijoputescos y miserables, su cuidado gusto por las piezas
musicales, su siempre recurrente uso de la violencia y su inseparable
muso, Samuel L. Jackson, soltando tacos y hablando de pollas grandes de negros.
A mediados de los 80, el barrio californiano de Compton era uno de los lugares más peligrosos de Estados Unidos. Cuando un grupo de jóvenes convirtieron sus experiencias vitales en una música brutalmente sincera que se rebelaba contra la autoridad, le dieron voz a una generación silenciada. Siguiendo la meteórica trayectoria de N.W.A. (formado por Arabian Prince, DJ Yella, Dr. Dre, Eazy-E, Ice Cube y MC Ren), la película narra la historia de cómo estos chicos revolucionaron para siempre la música y la cultura popular al contar al mundo cómo era realmente la vida en el ghetto.
Connor, un chico de 15 años que vive en el Dublín de los años 80, se propone huir de su conflictivo hogar. Crea una banda musical y compone canciones que son una una forma de lucha.
El director John Carney, es esa clase de autores con un sello propio y que parece estar especializado en subgéneros cinematográficos concretos, si trasladamos aquí títulos como la envolvente Once (2006) y la muy correcta Begin again (2013) podemos deducir claramente que el irlandés se pirra por las películas "indies" que giran en torno a la música contemporánea.
En esta ocasión, con Sing street, el director se inclina por la misma fórmula que tanto reconocimiento le ha dado en sus anteriores films de corte musical. Nos trasladamos a una Irlanda azotada por la crisis de mediados de los años 80. (Sí amigos, los 80 de nuevo en tu puta cara)
En el año 2002, un reducido equipo de reporteros de investigación del Boston Globe destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas del estado de Massachussets. La publicación de estos hechos, que la archidiócesis de Boston intentó ocultar, sacudió a la Iglesia Católica como institución.
Spotlight es una película poderosamente rodada que centra su trama en la ardua y compleja investigación del grupo de periodistas que sacó a la luz el escándalo. Todo el metraje discurre entre despachos de redacción, largos pasillos de estanterías, bibliotecas iluminadas por flexos, sótanos atestados de documentos, Tribunales de Justicia, barras de bar donde se arrancan confesiones, escenas en busca de testimonios, entrevistas y pruebas de víctimas y verdugos.
El director Tom McCarthy, hace hincapié en mostrarnos la difícil tarea que supuso sacar toda esta historia a la opinión pública, nos zambulle de lleno en las entrañas del trabajo de investigación periodístico. El pulso narrativo es encomiable, digno de un buen thriller, no deja tregua al espectador que participa intrigado como silencioso testigo en la labor de los periodistas.
Michèle (Isabelle Huppert), exitosa ejecutiva de una empresa de videojuegos, busca venganza tras ser asaltada de forma violenta en su propia casa por un intruso. Desde LMD ya nos queremos adelantar a los académicos de Hollywood y pedir de manera enfermiza que le den un puto Óscar a esta mujer. Película sórdida que sólo el infravalorado Paul Verhoeven se atrevería a rodar.
Para Jack, un niño de cinco años, la habitación es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y aprende con su madre. Por la noche, mamá lo pone a dormir en el armario, por si viene el viejo Nick. La habitación es el hogar de Jack, mientras que para su madre es el cubículo donde lleva siete años encerrada, secuestrada desde los diecinueve años. Con gran tesón e ingenio, la joven ha creado en ese reducido espacio una vida para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo insoportable. Sin embargo, la curiosidad de Jack va en aumento, a la par que la desesperación de su madre, que sabe que la habitación no podrá contener ambas cosas por mucho más tiempo.
Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, a un invierno brutal y a la guerra constante entre las tribus de nativos americanos, en una búsqueda implacable para conseguir vengarse.
Señoras y señores, Iñárritu volvió a sacarse la chorra para mearse sobre nuestras cabezas, y digo, se meó sobre muestras cabezas, porque él está allí arriba, levitando sobre nosotros, con una sonrisa de autosuficencia, irradiando divinidad cinematográfica de autor autocomplaciente, está por encima del Bien y del Mal. Si os quedais un momento en silencio, puede que escuchéis el ego del mexicano creciendo y pidiendo más premios y alabanzas de la crítica internacional...
Lo cierto es que tenía ciertas reticencias de ver esta pelicula, en cierto modo, me la quería quitar de encima para opinar consecuentemente, los primeros dos minutos me hacían temerme lo peor, ¿Es posible que me encontrara ante una especie de película a lo Terrence Malick? Afortunadamente, después de otro par de minutos se disipan esas dudas, con ese memorable plano secuencia con el que arranca la cinta.
Centrándonos en los aspectos técnicos del film, la película de Iñárritu roza la perfección: Esos virtuosos planos secuencia, esa fotografía prodigiosa nutriéndose de la luz natural y del fuego, ese diseño de producción de tan bella factura. Las localizaciones enclavadas en Alaska, Canadá y la Patagonia argentina son espectaculares y evocadoras.
FUERON Nº1:
2015: WHIPLASH (Damien Chazelle)
2014: EL LOBO DE WALL STREET (Martin Scorsese)
2013: 12 AÑOS DE ESCLAVITUD (Steve McQueen)
2012: THE YELLOW SEA (Na Hong-hin)
2011: DRIVE (Nicolas Winding Refn)
2010: EXIT THROUGH THE GIFT SHOP (Banksy)
2009: GRAN TORINO (Clint Eastwood)
Y hasta aquí todo el repaso al 2016, nos seguimos leyendo el año que viene donde intentaremos celebrar como se merece el 10º Aniversario de LMD. Seguiremos informando. Por un 2017 repletos de buenas escuchas musicales, lecturas, fotografías, películas, series y grandes viajes. (Esperemos)
¡¡Feliz año!! Una vez más, gracias por estar ahí.
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