Como ya aventuré en el anterior post, las ansias por conocer más parajes naturales del valle, nos hizo variar los planes e iniciar una rutilla de senderismo aconsejados por el dueño de la casa rural donde nos alojábamos...














El lugar tiene un gran encanto. El sonido del agua, la humedad del ambiente que evoca paz, lo bucólico del lugar con árboles que casi cierran la vista del cielo... Todo lleva a crear un sitio más propio de las lamias, esos seres mitológicos semejantes a bellas mujeres que se dicen habitan junto al agua en lugares apartados.

Sin duda la cascada de Xorroxin es una visita imprescindible para quien recorra el Valle de Baztán. El camino de vuelta lo hacemos por otra ruta, nos dirigimos hacia Erraztu de nuevo, pasando por el barrio de Iñarbil para completar la ruta circular. 

Tras salvar una cuestecilla que se las trae "coronamos" el cerro para disfrutar de unas vistas privilegiadas, durante el trayecto de bajada somos el centro de atención de carneros, cabras, burros y vacas que pastan con toda libertad y te miran con esa indolencia que sólo ellos saben...