2012: Los discos (internacionales) del año
diciembre 24, 2012
Las hermanas Thurlow son las responsables de que ahora ande en un estado casi hipnótico. El dúo británico publicó en 2011 un EP llamado Scarlet, pero con su álbum 2:54 recientemente publicado han conseguido hacerme sentir algo que no sentía desde hacía tiempo al escuchar un debut. Escuchar rasgar las guitarras, sentirlas a través de un rock alternativo casi distorsionado mezclado con la suavidad vocal de su vocalista, son algunas de las características de este grupo. Un ambiente oscuro, tenso, rozando el shoegaze, es la línea general del disco. Una maravilla para los oídos, para la crítica y por supuesto para nosotros que las descubrimos. (rockindiependendencia)
Beber y fumar hasta el final de la noche. Gritar, saltar, cantar. Perder el conocimiento. Uooooh. Oh, oh, oh, ooooouh. Hay una fiesta en tu casa y Japandroids son los culpables de que el salón esté hecho un asco, un polaco anónimo duerma en su sofá y tú no puedas evitar sentirte melancólico. Celebration Rock es un torbellino de emociones juveniles que no hace prisioneros: o lo vas a amar o lo vas a odiar. En la juventud no hay sitio para el término medio y Japandroids hacen, ante todo, música para jóvenes de espíritu. (Hipersónica)
Con una producción que sobrepasa la excelencia y unas canciones que tampoco flojean en los aspectos más creativos, es complicado no encontrarse con un resultado extraordinario. Shields es, probablemente, el disco más completo de Grizzly Bear (y eso es decir mucho). Su anterior disco -Veckatimest (2009)- invitaba a pensar que ya habían tocado techo, pero aun así han conseguido superarse este año con sus nuevo lanzamiento. (Sensaciones flotantes)
Victoria Legrand y Alex Scally, el dúo Beach House, alcanzaron el cielo con su tercer álbum, un “Teen Dream” (2010) que los colocó entre los elegidos del Olimpo pop. Dos años después, la pareja de Baltimore mueve ficha y repite aciertos en un “Bloom” que continúa despachando exquisito dream pop sin caer en esteticismos de salón. “Bloom” es una colección de canciones flotantes y ligeramente misteriosas, una nube de música onírica que crea el colchón perfecto para cortejar la imponente voz de Victoria, una de esas garganta. (Rockdelux)
Puede que precisamente debido esta importancia de lo instrumental, los temas en los que la voz cobra protagonismo y da lugar a hits de destellos pop como “How Long Have You Known”, “Earthboy”, “Sometime”, “Doused” o incluso “Wait” funcionen tan sumamente bien y hacen que paladeemos cada una de las palabras que se superpone y pierde entre los riffs borrosos de las guitarras.
Como podemo apreciar, a pesar de toda la linealidad, de la cruda homogeneidad e incluso del soñador automatismo, queramos o no queramos verlo este álbum está bien hecho y tiene ese ‘algo’ que hace que no pase por alto. Y eso funciona, lo podemos oír. Y eso es así. (Vanishingponit)
Escuchando su disco de debut no podemos sino rendirnos a la evidencia de que las nuevas generaciones están basando fundamentalmente su discurso en el revival, pero cuando nos encontramos con discos como este en el que no hay presencia de descartes y en el que casi cada canción podría ser un single no nos queda otra que admirar que gente tan joven haya sido capaz de absorber tal cantidad de influencias y reconvertirlas en algo nuevo y, sí, moderno. Ha nacido una estrella. (Koult)
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