Arquitecturas olvidadas: La iglesia del Paricutín

octubre 16, 2012

En febrero de 1943, una violenta e inesperada erupción en el estado mexicano de Michoacán se llevó por delante las casas de varias poblaciones y dejó como único superviviente a la iglesia de San Juan Parangaricutiro. Aislada en un mar de destrucción, la torre de la vieja iglesia resistió los embates de la lava y quedó como único testigo del brutal fenómeno.

La iglesia de San Juan permanece hoy día en pie como un lugar congelado en el tiempo, un fantasmal campanario que emerge sobre un lago de piedra. Enterrados en la roca descansan las casas y comercios de la antigua población; sobre ellos, erguida y desafiante, la torre es la única señal de vida en kilómetros a la redonda.

En la actualidad, el lugar se ha convertido en un centro de atracción para turistas y en un motor para la economía de la zona. Los guías muestran a los visitantes los restos de la torre que sobrevivió y los de la que todavía estaba en construcción, así como el altar y la pila bautismal que se conservan en bastante buen estado. Además, el volcán Paricutín empieza a ser conocido en todo el mundo y ha sido incluido en algunas listas como una de las siete maravillas naturales.



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3 Comments

  1. Les comparto mi poema, destinado a conmemorar los 70 años del nacimiento del hermoso coloso purépecha:

    PARICUTIN

    “¡Ay, Señor de los Milagros, . . . soy uno de tus milagros!”

    Se reventaron las tripas
    de la tierra incandescente,
    se nos tiznaron las milpas,
    Volcán, coloso inmanente.

    De natura fue el encono,
    fragor de pirekua, tono,
    nació un cono muy humeante,
    ¡P’urhépecha, rey vibrante!

    No hubo pena, ni castigo,
    déjenme, les cuento y digo:
    Tata Dionisio Pulido,
    te lo juro, yo no olvido.

    Que tú asististe a mi parto,
    de la mente no te aparto,
    ¡si temblaste junto a mí,
    si viste como surgí!

    Con mis fumarolas prietas,
    huaraches pisaron grietas,
    sobre un anafre, . . . se sufre,
    percibiste olor a azufre.

    Espanté tus sentimientos,
    ¿recuerdas mil novecientos?,
    año del cuarenta y tres,
    del mundo fui el interés.

    Convoqué a muchos famosos,
    fotógrafos y curiosos,
    vulcanólogos, pintores,
    poetas de mis amores.

    De Angahuan, hijo adoptivo,
    grandioso, superlativo,
    michoacano por derecho,
    Meseta, mi dulce lecho.

    En geología soy hazaña,
    magma, piedra de obsidiana,
    mineral, vapor ardiente,
    un fantasma gris latente.

    He suavizado el carácter,
    exhalo por ancho cráter,
    sigo activo, visitado,
    mi lava no se ha acabado.

    Soy turismo, panorama,
    de económica derrama,
    nunca quedaré a la zaga,
    soy cirio que no se apaga.

    San Juan Viejo, iluminado,
    ¡milagroso Dios, amado!,
    enterrado oficias misas,
    a ti brindo mis cenizas.

    Por joven, sigo creciendo,
    Nana Cueráperi, entiendo,
    ¡soy tu entraña, soy tu herencia,
    corazón, fuego, . . . tu esencia!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    México, D. F., 20 de febrero del 2013
    Dedicado a Don Guadalupe Trigo (QEPD)
    Reg. SEP Indautor No. 03-2013-051712171201-14

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  2. Gracias Gonzalo por compartirlo!

    Un saludo.

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  3. Al contrario, gracias a Ustedes, por su interesante página y por dar foro. Que siempre estén bien, Hasta luego.

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