La España fantasma

julio 22, 2010

Domingo, 11 de Julio de 2010, un día histórico para el deporte español, toda España ante un televisor para ver el partido del siglo...¿Toda España? No, un grupo de fotógrafos repartidos por toda la geografía sale a las calles a inmortalizar esos paisajes urbanos desolados y fantasmales. Un momento histórico para los futboleros y una ocasión única para los fotógrafos aficionados.

Estos son los retratos de una España fantasma:


VALENCIA

AUTOPISTA A-6


MADRID


SEVILLA

GIRONA

OURENSE

Fotografías: Kurioso.es

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3 Comments

  1. Al lado del nacionalismo catalán, Franco un demócrata.

    La prueba más evidente de que la payasada nacionalista contra la fiesta nacional es política y no "animalaria", es la libertad de voto que tanto el PSC como CIU han otorgado finalmente a sus diputados. Parece ser que apela más la conciencia una corrida de toros que la vida de un ser humano, de un niño, puesto que en la aprobada ley nazi del aborto no se permitió la libertad de voto, y en la votación que prohibe los toros en Cataluña, sí se permite votar en conciencia. Nada nuevo se puede decir. Sólo confirmar la muerte de un proyecto nacional del PSOE, defunción avalada además por el propio Mister X, adalid de corrupciones y de la etapa menos democrática de nuestra democracia, quien en un artículo escrito a la limón con doña Fotos Chacón, alude a una nación de naciones refiriéndose a España.

    La prohibición, un hecho ya, consuma el proyecto totalitario del nacionalismo catalán, que a base de mentiras y corrupciones, han conseguido expulsar (más bien arrinconar) los sentimientos españoles en Cataluña. Franco no se atrevió a tanto. A comparación de cómo se ha ido extendiendo el régimen nacionalista, Franco fue un demócrata. Lo que se ha venido en denominar el oasis catalán, no es sino una enorme manta que ha venido tapando todo lo que pudiera perjudicar al nacionalismo. Corrupción, mentiras históricas, subvenciones escandalosas a medios afines, persecución del disidente, y así un largo etcétera que desde la época de Pujol hasta nuestros días, ha culminado en una vergonzosa votación en la que arrancan de cuajo, esta vez sin referéndum, una fiesta tan catalana, y por tanto tan española.

    Del Gobierno de Rodríguez Zapatero no se puede esperar mucho. Como en la II República, el PSOE se alía con quienes se saltan la ley, y hará dejación de funciones para no hacer cumplir la sentencia del TC. Del PP, tampoco cabe esperar mucho. A poco que CIU necesite un voto ya estará allí doña Alicia entregando, a cambio de una palmadita, los diputados necesarios.

    ¿Qué se puede hacer? No tengo ni la más remota idea. A parte de lo apuntado aquí en muchas ocasiones, poca cosa más. Confieso que mi decepción es máxima, mi desesperanza mayúscula y mi hastío hacia lo catalanista, que no hacia lo catalán, roza la estratosfera. Supongo que confiar en nuestro patrón, Santiago, y en la Virgen del Pilar a cuyo corazón está entregada España.

    Yo ya he comenzado a pensar qué productos catalanes serán sustituidos en mi cesta de la compra.

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  2. Al lado del nacionalismo catalán, Franco un demócrata.

    La prueba más evidente de que la payasada nacionalista contra la fiesta nacional es política y no "animalaria", es la libertad de voto que tanto el PSC como CIU han otorgado finalmente a sus diputados. Parece ser que apela más la conciencia una corrida de toros que la vida de un ser humano, de un niño, puesto que en la aprobada ley nazi del aborto no se permitió la libertad de voto, y en la votación que prohibe los toros en Cataluña, sí se permite votar en conciencia. Nada nuevo se puede decir. Sólo confirmar la muerte de un proyecto nacional del PSOE, defunción avalada además por el propio Mister X, adalid de corrupciones y de la etapa menos democrática de nuestra democracia, quien en un artículo escrito a la limón con doña Fotos Chacón, alude a una nación de naciones refiriéndose a España.

    La prohibición, un hecho ya, consuma el proyecto totalitario del nacionalismo catalán, que a base de mentiras y corrupciones, han conseguido expulsar (más bien arrinconar) los sentimientos españoles en Cataluña. Franco no se atrevió a tanto. A comparación de cómo se ha ido extendiendo el régimen nacionalista, Franco fue un demócrata. Lo que se ha venido en denominar el oasis catalán, no es sino una enorme manta que ha venido tapando todo lo que pudiera perjudicar al nacionalismo. Corrupción, mentiras históricas, subvenciones escandalosas a medios afines, persecución del disidente, y así un largo etcétera que desde la época de Pujol hasta nuestros días, ha culminado en una vergonzosa votación en la que arrancan de cuajo, esta vez sin referéndum, una fiesta tan catalana, y por tanto tan española.

    Del Gobierno de Rodríguez Zapatero no se puede esperar mucho. Como en la II República, el PSOE se alía con quienes se saltan la ley, y hará dejación de funciones para no hacer cumplir la sentencia del TC. Del PP, tampoco cabe esperar mucho. A poco que CIU necesite un voto ya estará allí doña Alicia entregando, a cambio de una palmadita, los diputados necesarios.

    ¿Qué se puede hacer? No tengo ni la más remota idea. A parte de lo apuntado aquí en muchas ocasiones, poca cosa más. Confieso que mi decepción es máxima, mi desesperanza mayúscula y mi hastío hacia lo catalanista, que no hacia lo catalán, roza la estratosfera. Supongo que confiar en nuestro patrón, Santiago, y en la Virgen del Pilar a cuyo corazón está entregada España.

    Yo ya he comenzado a pensar qué productos catalanes serán sustituidos en mi cesta de la compra.

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  3. ¿tienen los nombres de quienes fotografiaron? D: porfavor! :(

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