Bienvenidos a Gattaca (Andrew Niccols, 1997). Una historia de superación personal, en un futuro en el que los que han sido concebidos a la manera tradicional y con ciertas deficiencias, los "no validos", son relegados a ciertos puestos u oficios de bajo nivel. Mientras que los "validos" obtienen todos los puestos de importancia y responsabilidad.
Acompañamos a Vincent (Ethan Hawke), un "no valido", que busca cumplir su objetivo de ir al espacio a cualquier precio, en una de esas naves que despegan continuamente, y de las cuales no puede apartar la mirada.
Su meta es esa, y nada puede detenerle en su camino hacia Titán.
La película gira entorno a la idea en la que se movía el libro Un mundo feliz de Aldous Huxley, y que básicamente nos plantea que el destino de una persona esta marcado y sellado desde el mismo instante de su nacimiento. O es que acaso puede el hombre luchar contra este y salir victorioso.



La actuación de Ethan Hawke es realmente buena, pero Uma Thurman y Jude Law, tampoco se quedan rezagados.

Pero lo mejor, en mi opinión, es la estética: se supone que estamos en el futuro, pero vemos gente peinada con gomina hacia atrás, policías con sombrero tipo gángster, coches de los años 50, mujeres con cabelleras largas y onduladas peinadas hacia un lado. Es un cambio agradable no ver gente vestida con monos plateados y viajando en naves redondas. Es agradable porque te hace sentir que todo es más cercano, o quizá intemporal.

Una película de ciencia ficción de bellísima factura, realmente interesante y puede que no muy alejada de la probable realidad que nos aguarda a la vuelta de la esquina, que nos manda un mensaje claro a todos; luchar, no rendirse y jamás reservarse nada para la vuelta.



Curiosidades: